sábado, 21 de agosto de 2010

Facebook te lo pone fácil. Porpocos.

Querida Amiga:

No soy un tipo agraciado.
Cierto es que tampoco soy un callo malayo... Creo que tengo un rostro bastante aceptable, apartando la modestia. Algunas personas me han dicho que tengo los ojos bonitos y unos gestos sorprendentes. Supongo que la frasecita de mi tío Camilo -¡Qué guapa series si fossis una nena!- viene a corroborar mi no del todo mal aspecto facial. Aunque tampoco me fío demasiado de mi difunto pariente pues, en los días en los que se recogían las mongetes, mi tío tenía sus enormes gafas de culo de vaso, además de con una considerable capa de roña agraria, rayadas por surcos casi igual de grandes que los de la huerta.

Pero pongamos esto como hipótesis de partida, y volvamos a empezar.

Soy un tío guapo.

(Pausa valorativa)

Pero estoy gordo. Eso sí que es impepinable. Hasta mis amigas más caritativas me lo dicen con frases como "Hombre, estás gordito." o "Pues sí, pero eso tiene fácil solución ¿no?" Una mierda, fácil solución. Yo suelo salir al paso con la famosa sentencia de Obelix: "Yo no estoy gordo. Si acaso un poco bajo de pecho." Nos reímos y a otra cosa, mariposa.

Con este panorama, siempre he sido incapaz de ligar en una discoteca con alguna de esos bombones que bailan espasmódicamente en la pista.
Si uno quiere tener un asunto fugaz que no vaya más allá de un polvo regado con Brugal, tiene que estar bueno. Eso está claro.

Así me ha ido. Las pocas mujeres que han entrado en mi cama, lo han hecho después de largas horas, días o incluso semanas de un arduo trabajo de presentación de mis virtudes intelectuales. En el plano de la conversación y del humor sí que me bandeo bien, para qué lo voy a negar.

Lo que pasa es que, en la calle o en los bares, uno no puede acercarse a la mujer soñada de turno y contarle un chiste. Menos aún, como te decía antes, si la broma sale de un cuerpo antierótico como el mío. Lo más probable es que te mire con ojos de bacalao, se eche una risita y se largue a contarle a sus amigas que un tipo baboso le ha "entrado". ¡Qué más quisiera yo que haberle entrado! Ni siquiera he subido el primer escalón que lleva a la cueva...

En fin...

En lo tocante a la presentación del elenco de cualidades intelectuales, Facebook me ha ayudado mucho. La verdad es que las nuevas tecnologías son muy útiles para estas cosas. Uno puede levantarse un día inspirado y poner en su muro una frase ingeniosa, un vídeo curioso, o comunicar a cientos de personas a la vez su estado de ánimo, sin que ello implique desplazamiento geográfico alguno, y sin tener que ver la cara de la persona que está leyendo tus asuntos.
Es como ir a pescar: uno arroja el anzuelo y espera que pique alguna almeja (nota: mirar en la wikipedia si las almejas se pescan con caña)

Cierto es que resulta un poco impersonal, pero ahorra mucho trabajo. Ni siquiera me tengo que vestir, duchar, peinar y perfumar. Facebook te lo pone fácil.

Tampoco es que me haya hartado de follar desde que estoy registrado en el caralibro pero -aprovechando que es domingo haré un símil futbolístico- he tenido muchas ocasiones de gol y eso, para un tipo acostumbrado a los porpocos, cuenta como un triunfo.

Bueno. No te braseo más.

Agradecido y emocionado, solamente puedo decir ¡Gracias Facebook!

jueves, 12 de agosto de 2010

Soy una bolsa. Las once de la noche.




No hay paz.

Quiero abandonar esta pista de obstáculos.

Marcharme para siempre a un lugar donde el azul me recuerde que no somos nadie.

Me levanto y paso dos millones de años observando la bolsa de plástico que está enganchada en la copa del árbol que tengo delante de la ventana.

Joder. Qué tortura.


Soy una bolsa de plástico.

(Larga pausa dramática.)

Soy esa bolsa de plástico.

Pensé que, en esta noche agitada, el viento del sur vendría a rescatarme de la mediocridad. Pero aunque ha llegado, está muy entretenido torturando a las hojas verdes que cambian de color según les incide la luz de la farola.

No piensa echarme una mano.

Mañana me voy. No para siempre, por desgracia. Pero algo es algo. Será una especie de ensayo general.

Si por la razón que sea no vuelvo en años, pásate por mi casa y llámame para decirme cómo sigue la bolsa. Si por fin consiguió liberarse, o si sigue agitando las manos como la mujer del Gernika.