viernes, 7 de diciembre de 2012

Operación Perrú.

Lo más bello que he tenido en esta vida de mierda, yace de costado en el sofá que ha sido su lecho en estos últimos años. Tiene la respiración agitada. Me han dicho que sueña cosas terribles o maravillosas. Sólo el Dios de los perros sabe qué visiones pueblan su cabeza. De vez en cuando levanta a duras penas la cabeza y me busca. Yo me acerco y le digo cosas. Acaricio suavemente su pelo mientras le canto alguna canción absurda. No me sonrojo: no hay nadie más aquí. Miro constantemente la cicatriz esperando no ver algún síntoma de que algo va mal. Nada va mal. Todo es correcto y, en pocas horas, estarás "amargándome la vida" otra vez. "En cuanto apoye mis huesos prematuramente cansados en algún lugar del mundo, vendré a buscarte y te llevaré conmigo. Si es necesario comeremos arroz hervido o basura de los contenedores, No sería la primera vez ¿verdad?. Estaremos juntos. Eso es lo que importa".

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