sábado, 4 de julio de 2009

9h 31min.

Esta mañana el aire ha aparecido inundado de pequeñas partículas de metal. Al principio he pensado que se trataba de metralla que el Viento del Este traía desde Palestina, pero enseguida he deshechado la idea: no olía a sangre. Me he tapado bien nariz y boca antes de salir de casa. Me ha hecho gracia comprobar que la tela que usaba para taparme era un pañuelo Palestino, después ha dejado de hacerme gracia.
Al llegar a la calle violenta las esquirlas han empezado a acumularse sobre el pañuelo a la altura de mi nariz y mi boca, impidiéndome respirar, así que me lo he tenido que quitar. Inmediatamente he notado el pellizco de las aristas en los pulmones. He sabido que iba a morir.
Buen día para morir, no soporto la Nochevieja. Sólo hubiera deseado haber tenido tiempo para desayunar. Por aquello de tener reservas para el viaje... He repasado mentalmente el estado en el que había dejado mis cosas. Todo mal, pero qué importa ya.

Al llegar al Parque Norte con mi perra he visto muchos desconocidos habituales. Algunos yacían ya muertos sobre el césped o sobre los paseos, y otros reptaban con la esperanza de vivir unos segundos más respirando el aire algo más limpio de las capas bajas. No había escapatoria. Menos aún para mí, que ya tengo los pulmones jodidos de serie.

Mis pulmones han dejado de funcionar. He mirado el reloj y he pensado: hora de la muerte, 9.31.

Eso es lo que he soñado hoy ¿Qué puede significar?


(31/12/08)

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